Es el lugar en donde las semillas de tabaco se ponen a germinar para que se desarrollen las plántulas que serán utilizadas para nuestra siembra final.
Bastan 8 gramos de semillas, las cuales son de tamaño muy diminuto y con forma semiesférica, para obtener más de veinticinco mil plántulas de tabaco.
Después del proceso de germinación de las semillas, durante veinticinco días más, a las plántulas se les nutre con abundante agua y abono, proporcionándoles sol y sombra de manera programada, con la certeza de que del trato y de los cuidados que se le dé a la planta, en este periodo, será la garantía para obtener plántulas sanas y vigorosas, preparadas para su traslado final a campo abierto.