Las hojas son seleccionadas por expertos artesanos, una a una, de acuerdo a su textura, tamaño, color, apariencia y procedencia.
Posteriormente, se prensan, según su clase, para ser empacadas con una tela especial para su posterior añejamiento.
Son tantas las clases de hojas que se pueden obtener de una variedad de tabaco, que éstas dependen del criterio y de la exigencia que cada fabricante requiera para sus necesidades, debido a que cada clase aporta criterios diferentes y complejos al sabor del puro.